Realidad

La naturaleza verdadera de las cosas está más allá de la apariencia que perciben nuestros sentidos.  Un árbol lo llamamos “árbol” porque tiene forma y colores, pero en realidad no tiene esencia propia.  No podemos separar al árbol del resto de la naturaleza porque su existencia antes era una semilla, que dependió de un suelo fértil, que dependió de átomos de Hidrógeno y Oxígeno y así infinitamente. Entonces, ¿dónde empieza y termina el árbol? No hay ciencia que determine el punto exacto donde termina la semilla y empieza el árbol. Esto demuestra que todas los fenómenos son absolutamente interdependientes y por ende no poseen una existencia inherente separada del resto.

Todo surge de otra cosa, todo es un flujo permanente e interminable, nada surge de la nada. La nada no existe; si la nada existiera tendría que ser “algo.” Si la galaxia se acaba y empieza la nada entonces la nada sería la “no-galaxia” lo cual la hace “algo.” Esta realidad física en la que vivimos es infinita, todo lo abarca. Y no sólo es infinita a lo grande sino también a lo pequeño, cada átomo que compone nuestro cuerpo es una galaxia en sí, ¿cuántos seres viven dentro de una galaxia? Nuestros sentidos sólo perciben una porción diminuta de la realidad. Buscar la naturaleza verdadera sólo se alcanza por medio de la mente, por medio de la meditación. Me gusta la realidad. Por eso soy budista, por eso contemplo en meditación, porque soy realista, porque busco la naturaleza verdadera; ahí está la felicidad absoluta.

Homenaje a Mañjuśrī-kumāra-bhūta!